Un arrecife coralino es una estructura subacuática hecha del carbonato de calcio secretado por corales. Es un tipo de arrecife biótico formado por colonias de corales étreos, que viven en aguas marinas; y el mar de los siete colores de San Andrés y Providencia, tiene la tercera barrera de coral más importante por ser una de las más grande del mundo, y en Colombia, ocupa el 77 por ciento de las áreas coralinas. Así lo confirman varias organizaciones mundiales como la Unesco y Conservación Internacional.
Con frecuencia, los arrecifes de coral son llamados “selvas del mar”, ya que forman los ecosistemas más diversos de la tierra, aunque solo ocupan menos del 0,1 % del total de la superficie de los océanos, y son el hábitat del 25 % de las especies marinas, incluyendo peces, moluscos, gusanos, crustáceos, equinodermos, esponjas, tunicados y otras anidarías.
Paradójicamente, los arrecifes coralinos prosperan a pesar de estar rodeados de aguas oceánicas que le proporcionan pocos nutrientes, los cuales se encuentran localizados en aguas tropicales poco profundas; pero, igualmente existen en menor escala, corales en aguas profundas y también, en aguas frías.
Este ecosistema marino nacional, es un preciado regalo de incalculable valor para
el mundo, desde el Caribe colombiano; razón por lo cual, la Corporación Autónoma Regional de San Andrés, desarrolla un “Plan Ambiental” para proteger la vida de todos los ecosistemas locales marinos que habitan en este paraíso tropical, que es la esencia de la cadena de producción de una gran variedad de peces y organismos vivos.
La labor conjunta entre la autoridad ambiental Coralina y los centros de buceo, lograron la recuperación de una hectárea de coral. La meta que tienen fijada es poder rehabilitar y restaurar 100 hectáreas de arrecifes de coral en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.